Eva Perón, 60 anos depois: "O simulacro" de Borges; Eva Perón, 60 años después: "El simulacro" de Borges.
Velório de Eva Perón.
No conto El simulacro (1960), o escritor argentino – e antiperonista –
Jorge Luis Borges (1899-1986) narra uma encenação do velório de Eva Perón no
interior da Argentina, simultaneamente ao “verdadeiro” que ocorria em Buenos
Aires:
“En uno de los días de julio de 1952, el enlutado
apareció en aquel pueblito del Chaco. Era alto, flaco, aindiado, con una cara
inexpresiva de opa o de máscara; la gente lo trataba con deferencia, no por él
sino por el que representaba o ya era. Eligió un rancho cerca del río; con la
ayuda de unas vecinas, armó una tabla sobre dos caballetes y encima una caja de
cartón con una muñeca de pelo rubio. Además, ncendieron cuatro velas en
candeleros altos y pusieron flores alrededor. La gente no tardó en acudir.
Viejas desesperadas, chicos atónitos, peones que se quitaban con respeto el
casco de corcho, desfilaban ante la caja y repetían: Mi sentido pésame, General. Este, muy compungido, los recibía
junto a la cabecera, las manos cruzadas sobre el vientre, como mujer encinta. Alargaba
la derecha para estrechar la mano que le tendían y contestaba con entereza y
resignación: Era el destino. Se
ha hecho todo lo humanamente posible. Una alcancía de lata recibía la
cuota de dos pesos y a muchos no les bastó venir una sola vez.
¿Qué suerte de hombre (me pregunto) ideó y ejecutó esa fúnebre farsa? ¿Un fanático, un triste, un alucinado o un impostor y un cínico? ¿Creía ser Perón al representar su doliente papel de viudo macabro? La historia es increíble pero ocurrió y acaso no una vez sino muchas, con distintos actores y con diferencias locales. En ella está la cifra perfecta de una época irreal y es como el reflejo de un sueño o como aquel drama en el drama, que se ve en Hamlet. El enlutado no era Perón y la muñeca rubia no era la mujer Eva Duarte, pero tampoco Perón era Perón ni Eva era Eva sino desconocidos o anónimos (cuyo nombre secreto y cuyo rostro verdadero ignoramos) que figuraron, para el crédulo amor de los arrabales, una crasa mitología.” (Disponível em: <http://www.elinterpretador.net/28JorgeLuisBorges-ElSimulacro.html>. Acesso em: 20 jul. 2012).
¿Qué suerte de hombre (me pregunto) ideó y ejecutó esa fúnebre farsa? ¿Un fanático, un triste, un alucinado o un impostor y un cínico? ¿Creía ser Perón al representar su doliente papel de viudo macabro? La historia es increíble pero ocurrió y acaso no una vez sino muchas, con distintos actores y con diferencias locales. En ella está la cifra perfecta de una época irreal y es como el reflejo de un sueño o como aquel drama en el drama, que se ve en Hamlet. El enlutado no era Perón y la muñeca rubia no era la mujer Eva Duarte, pero tampoco Perón era Perón ni Eva era Eva sino desconocidos o anónimos (cuyo nombre secreto y cuyo rostro verdadero ignoramos) que figuraron, para el crédulo amor de los arrabales, una crasa mitología.” (Disponível em: <http://www.elinterpretador.net/28JorgeLuisBorges-ElSimulacro.html>. Acesso em: 20 jul. 2012).
Jornais de 1952 indicam que houve encenações parecidas
por toda a Argentina durante as duas semanas que durou o velório da
primeira-dama. Apesar de curto, o conto permite captar algumas tensões político-culturais
que o peronismo despertou em setores da oposição.
Prof. Paulo Renato da Silva.
Professores em greve!