COLOMBIA Y LAS FARC-EP: RESEÑA HISTÓRICA DE LAS NEGOCIACIONES Y PERSPECTIVAS DE PAZ EN 2012 (PARTE I)
Nuestro
interés aqui es hacer una pequeña reseña de las negociaciones de paz entre las
FARC y el estado colombiano, para después describir los puntos más importantes
del nuevo proceso de paz, a raiz del inicio de las negociaciones en Oslo el
18/10/2012, para finalmente (PARTE II) hacer algunas consideraciones
sobre las perspectivas para alcanzar la paz en Colombia a partir de los nuevos
diálogos.
Por
la cuarta vez las Farc-EP y el gobierno
colombiano se encuentran para tratar de llegar a un acuerdo que lleve al país a
alcanzar la paz o, mejor, a poner término a la guerra civil. La primera
tentativa se dio en el marco de la Ley de Amnistia promulgada bajo la
presidencia de Julio César Turbay Ayala, en 1982, al final de su mandato, pues
esto abrió el camino para negociaciones entre el gobierno de Belisario Betancur
(1982-1986) y las Farc. Las partes llegaron a acuerdos en la necesidad de
transformaciones sociales, el desarme y la fundación de la Unión Patriótica como vehículo político. Esta
tiene un ascenso vertiginoso hasta finales de la década de 1980, pero al mismo
tiempo dejaba un balance preocupante: dos candidatos presidenciales, los abogados Jaime Pardo Leal e Bernardo Jaramillo Osa, 8 congresistas, 13 diputados, 70
concejales, 11 alcaldes y miles de sus militantes fueron asesinados por grupos
paramilitares, fuerzas de seguridad del estado (ejército, policía secreta,
inteligencia y policía regular) y narcotraficantes a mando de Gonzalo Rodríguez
Gacha, alias “El Mexicano”.
Debe
anotarse también que, mientras las FARC hablaban de paz y la UP hacía proselitismo
político, el grupo guerrillero continuaba actuando en la clandestinidad sin el
propósito de entregar las armas y objetivando la toma del poder. La UP se
desintegra a comienzos de la década de 1990. Durante el gobierno de César
Gaviria (1990-1994) y frente a la presión de los movimientos socielaes, de
minorías étnicas, grupos campesinos, sindicatos, etc, se abren diálogos para
cambiar la Constitución política colombiana, que desenbocará en la promulgación
de la nueva Constitución de 1991. En la Asamblea Constituyente, que promovió
este proceso político, se encontraba el entonces Ministro de
Gobierno Humberto de la Calle Lombana, comisionado oficial a la Asamblea. El
mismo que el 18/10/2012 presidió en Oslo la Mesa de Negociaciones con las FARC,
representando el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. En las
negociaciones entre las partes en Caracas, en 1991, se llevaron a cabo varios
diálogos que no fructificaron por la intransigencia del entonces presidente
Gaviria, quien al igual que su antecesor, el expresidente Virgilio Barco,
consideraba a las FARC no como sujeto de negociación sino como objeto de
derrota, tal como reconoce Marc W. Chermick (Aprender del pasado: breve
historia de los procesos de Paz em Colombia (1982-1996) In:
http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/241/view.php. Consulta el 20/10/2012)
Estos hombres de Estado objetivaban que la
guerrilla debería entregar las armas para dar inicio a
transformaciones políticas, económicas y sociales, de acuerdo con los
lineamentos del Estado colombaino y no de acuerdo con los sujetos sociales. El
proceso de paz fracasó durante el mandato de César Gaviria.
Las negociaciones entre el gobierno y
las FARC son retomadas en el gobierno de Andrés Partrana (1998-2002). Son
varias las contradicciones entre las partes envueltas en el conflicto y en las
negociaciones que impidieron, una vez más, la paz. Pastrana negocia una zona de
distensión para la guerrilla, lo que vino a crear atritos con representantes de
las Fuerzas Armadas y la presidencia de
la República. Las FARC, por su parte, mostrarían rápidamente que buscabam sacar
provecho de las negociaciones. Para ser reconocidos como grupo beligerante,
deberían detentar el comando sobre determinada zona del territorio nacional, lo
que les permitiría una mayor organización y estructuración del grupo, para así
poder tomar el poder del Estado colombiano, tal como
planearon con el Cerco a Bogotá
Para
finales de 2000 las Farc tenían en Cundinamarca unos mil combatientes
estratégicamente ubicados: el Frente 22 en buena parte del occidente en las
provincias de Rionegro, Gualiva, Tequendama, Bajo Magdalena y Sabana
Occidental; el Frente 42 en el suroccidente, desde el valle del Magdalena (San
Juan de Río Seco, Beltrán, Pulí, Girardot) hacia la Sabana (Facatativá,
Madrid, Funza, Mosquera) y en parte de la región del Tequendama (La Mesa,
Anolaima, El Colegio); los Frentes 25, 52 y 55 en el Sumapaz (Cabrera, Pasca,
San Bernardo, Arbeláez, Fusagasugá), llegando hasta los límites de Bogotá, en
Usme y Sibaté. Por el oriente del departamento la situación también era preocupante:
el Frente 51 y la compañía Che Guevara tenían presencia en el suroriente
(Gutiérrez, Guayabetal, Fosca, Cáqueza, Ubaque y en partes de La Calera); el
Frente 53 presionaba desde el Meta hacia los municipios del piedemonte
oriental, Medina y Paratebueno; el Frente 54 iba desde Medina hacia Bogotá y
ocupaba buena parte de la región de El Guavio (Gachalá, Gama, Gachetá, Guasca,
Ubalá y Guatavita). En el norte del departamento tenían presencia las
compañías móviles Policarpa Salavarrieta (parte de la región de Rionegro),
Vladimir Stivel y Manuel Beltrán (en el valle de Ubaté y en la vía de Bogotá a
Tunja). Aunque cada grupo tenía su propio comandante, todos reportaban a Marco
Aurelio Buendía, el poderoso jefe del Comando Conjunto Occidental de las Farc.
(Juanita León: El Cerco a Bogotá. In:
http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1045)
Consulta em 20/10/2012)
De esa manera, las FARC buscaban estatus de
beligerantes y no de terroristas, como fueron estigmatizados a partir de 2001. En
la época de Pastrana se les reconcía estatus político, mas no beligerante.
Estatus a que no podían o no pueden aspirar principalmente por la violación del
Derecho Internacional Humanitario
Por este
pisoteo inmisericorde de las normas de la guerra, la aceptación de la
existencia de un conflicto armado interno en el país no conlleva de ninguna
forma al reconocimiento de un estatus de beligerancia a las Farc. Lo cual
no implica que el Gobierno no pueda, en algún momento y si las circunstancias
lo ameritan, reconocerles a las Farc y al Eln un estatus político e iniciar un
proceso de negociación hacia la paz. Una cosa es el estatus de beligerancia y
otra muy distinta el reconocimiento de su carácter de actor político, apto para
adelantar diálogos de paz (Eduardo Pizarro Leongómez: Las FARC y el
reconocimiento de beligerancia In: http://www.eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-9318340.html
Consulta en 20/10/2012)
Consulta el 20/10/2012.)
Así entonces, mientras el gobierno Pastrana
negociaba con las FARC, el grupo guerrillero mantenía firme otros planes que
desenbocaría, más uma vez, en el fracaso de las negociaciones a favor de la
paz en Colombia.
Al proceso se opuso, desde el principio de las
negociaciones, el entonces exalcalde de Medellín y exsenador Álvaro Uribe Vélez,
quien aprovechará las fracasadas negociacines de paz del gobierno Pastarana y
las críticas a él hechas por la creación de la zona de distensión, para
emprender su meta a la presidencia de la República en 2002, cuando por mayoria
amplia obtiene el poder, ejercido durante dos mandatos, hasta 2010. Bajo su
gobierno se librará una batalla sin tregua contra la guerrilla. Su
programa de Seguraidad Democrática condujo a la práctica de innumerables
masacres contra civiles acusados de envolvimiento con la guerrilla, por parte
de grupos paramilitares, como las AUC (Autodefensas Unidas por Colombia); aumentó
el número de desplazados y de refugiados por la violencia armada. El número de
muertos se aproximó rápidamente del millón y fue durante el gobieno Uribe que
más sindicalistas fueron asesinados o perseguidos. Los problemas sociales se acentuaron,
miles de campesinos quedaron sin tierra, sin contar la nueva arma usada: abuso
sexual contra hombres y , principalemente, contra mujeres violadas por los grupos paramilitares; muchas lideranzas indígenas muertas y recrudecimiento
del conflicto de tierras.
El gobierno de Álvaro Uribe dio paso a la firma
del Tratado de Libre Comercio, ratificado finalmente en 2011 y entrada de
capital extranjero para inversiones en el campo del agrocombustible,
explotación de minas de oro, aumentando la contaminación ambiental. Sin duda,
las FARC salieron debilitadas después de 8 años de uribismo. Varios líderes
muertos, otros encarcelados, extraditados, como el caso de “Simón Trinidad” y
guerrilleros (as) desmovilizados (as) como el caso “Karina”, quien ahora hace
duras críticas a los líderes que encabezan el nuevo proceso de paz (Continúa)
GERSON LEDEZMA