"Apenas si
tuve alientos para atravesar volando la avenida Jiménez de Quesada y llegar sin
aire frente al café El Gato Negro, casi en la esquina con la carrera séptima.
Acaban de llevarse al herido [Gaitán] a la Clínica Central, a unas cuatro
cuadras de allí, todavía con vida pero sin esperanzas. Un grupo de hombres
empapaban sus pañuelos en el charco de sangre caliente para guardarlos como
reliquias históricas. Una mujer de pañolón negro y alpargatas, de las muchas
que vendían baratijas en aquel lugar, gruñó con el pañuelo ensangrentado:
-Hijos de
puta, me lo mataron." (GARCIA MARQUEZ, 2002, pp. 335).
Este es un trecho del libro “Vivir
para contarla” de Gabriel García Márquez, que retrata las sensaciones que
despertó la muerte del líder popular Jorge Eliecer Gaitán. El Bogotazo, como ha sido llamado este fenómeno de insurrección
popular, no fue ajeno a la memoria del nobel colombiano, el cual fue testigo
ocular de lo que sucedió ese 9 de abril de 1948.
El asesinato
de una esperanza
Tres disparos hirieron de muerte a
Jorge Eliecer Gaitán, en pleno centro de Bogotá, al medio día del 9 de Abril de
1948. Gaitán, uno de los líderes políticos más importantes de la historia del
siglo XX en Colombia, sin lugar a dudas, se ha convertido en una de las figuras
más incipientes de la memoria de los bogotanos, muchos de los cuales,
argumentan que si este personaje hubiera llegado a la presidencia del país, las
cosas hubieran sido muy diferentes.
Ese mismo día estalla en la ciudad
una revuelta sin antecedentes históricos, donde la muchedumbre se vuelca a las
calles, incendiando iglesias, tranvías y edificios del estado. Es importante
considerar que dichas movilizaciones eran apoyadas por la policía de la ciudad
y se extendieron a lo largo y ancho del país. Las ilusiones de gran parte de la
sociedad colombiana van a ver trancadas, pues con la muerte del caudillo
liberal se estaban yendo también los sueños y esperanzas cimentadas en
reivindicaciones sociales y populares.
Su capacidad oratoria (que fortaleció
después de formarse como abogado y de su viaje a Italia), su recorrido
político, y principalmente, su conexión con el pueblo en la plaza pública,
convirtieron a Jorge Eliecer Gaitán en el principal enemigo y peligro para las clases dirigentes y políticas
del país dentro de los dos partidos tradicionales, el Partido Liberal y el Partido
Conservador. Gaitán dentro de su mismo partido, el Liberal, iba a encontrar una gran resistencia y oposición por
parte del sector oficialista del partido, el cual rechazaba las ideas radicales
de este personaje. Las clases dominantes de Colombia temblaban de miedo ante la
inminente fuerza y popularidad que estaba alcanzando Jorge Eliecer Gaitán, lo
que inevitablemente lo llevarían al poder.
Poco se sabe de las razones por las cuales
Gaitán fue asesinado, pues el cuerpo de su verdugo fue linchado por la
muchedumbre. Apenas se tienen algunas especulaciones. No obstante, lo que
podemos afirmar es que como se vería posteriormente en la trágica historia de
Colombia, la muerte de Gaitán sería la primera de una serie de asesinatos de
líderes políticos que representaban un cambio en la política tradicional del
país.
Bibliografía:
GARCIA MARQUEZ, Gabriel. Vivir para contarla. Bogotá: Editorial Norma, 2002. p. 335.
Vagner Viera, estudiante de Historia - América Latina; Daniel Gordillo, estudiante de
Antropología; Ezequiel Nascimento, estudiante de
Historia - América Latina; Fabián Torres, estudiante de Historia - América
Latina.