Foto do cantor com objetos deixados por fãs e devotos.
Nesta postagem encerramos a série sobre Religiosidade Popular na América Latina. O exemplo de hoje demonstra como continuam surgindo novas manifestações de religiosidade popular. O cantor argentino Rodrigo Bueno morreu no auge do sucesso em 2000 e seu nome começou a reunir devotos na Argentina e no Uruguai. A seguir o informe do Museu Histórico e Arqueológico de Posadas, Província de Misiones:
“La explosión se produjo en Buenos Aires en 1999: la imagen de Rodrigo, como un torbellino, apareció con las tapas de revistas y los programas de televisión. El joven cuartetero batía récords de ventas, sus shows desbordaban de fans (entre ellos 13 presentaciones en el Estadio Luna Park) y sus temas eran cantados por miles de jóvenes.
En la madrugada del 24 de junio de 2000 cuando regresaba de dar un recital en City Bell, su camioneta chocó contra el guardarrail y volcó en la Autopista La Plata-Buenos Aires. Rodrigo y Fernando Olmedo, hijo del popular cómico, salieron dispedidos del auto y murieron al impactar contra el asfalto. El cantante tenía 27 años.
Tras su muerte, se empezaron a construir santuarios dedicados a su persona y estampitas con su imagen y “Oraciones místicas”. En Uruguay se difundió una aparente imagen de ese mismo cantante que decían que lloraba.
El césped, al costado del lugar del accidente en el km 26 de la Autopista La Plata-Buenos Aires, se convirtió en un santuario. Una gran cruz con su nombre acompañada de más de treinta cruces de diversos tamaños, cientos de cartas, carteles, banderas, botellas y latas llenas de cerveza, velas rojas y blancas, instrumentos musicales y cajitas de compacts y cassettes, son las primeras manifestaciones del culto que se inicia.
Los seguidores llegan a cualquier hora, en auto, a pie, en bicicleta y en combis que anuncian con carteles “vamos al Santuario de Rodrigo”. Hay gente que quiere besar el asfalto y cruzan peligrosamente la ruta.”
Assim como surgem novas manifestações, vale assinalar que as crenças populares, assim como as reconhecidas pelas igrejas, possuem a sua historicidade, ou seja, acompanham mudanças pelas quais passa a sociedade e apresentam momentos de maior e outros de menor adesão dos devotos.
Prof. Paulo Renato da Silva.