La micro historia se
convirtió en abordaje popular mundialmente entre los años 1980 y 1990, y se
mantiene hoy una mezcla de método y dominio de la historia que ofrece nuevas
perspectivas a los historiadores y estudiantes, sobre todo aquellos que desean
recuperar la historia (y la relevancia) de individuos del pueblo. Por medio de
sus exponentes italianos, Giovanni Levi y, principalmente, Carlo Ginzburg
(autor del seminal O queijo e os vermes, de
1976), y con la colaboración de historiadores prominentes de otros países, como
la norte-americana Natalie Zemon Davis (autora de O retorno de Martin Guerre), la micro historia tuvo fuerte impacto
en la historiografía. El enfoque microscópico al estudio de grandes problemas,
el uso de documentación restricta y original, el papel importante conferido a
la narrativa y al individuo están entre los motivos para la gran repercusión
que ese abordaje obtuvo entre los historiadores.
El uso del término
‘’micro historia’’, sin embargo, tiene orígenes que remontan a América Latina.
En 1968 el historiador mexicano Luis González publico Pueblo en Vilo: Microhistoria de San José de Gracia (Ciudad de
México, 1968) una historia de su pueblo a lo largo de cuatro siglos. El libro tuvo
repercusión mundial, y fue traducido al inglés y al francés. González teorizó sobre
su abordaje, identificándola a la historia local y la tradición del anticuario
(una forma de estudio de la historia que enfatizaba costumbres, cultura e
instituciones en detrimento de la historia política, y trabajaba especialmente con
fuentes no escrita). Pero aun, González ofreció expresiones alternativas para
definir su práctica: historia patria (pues lidiaba con el mundo de la familia y
de la pequeña comunidad, remitiendo a un mundo sentimental, femenino, materno)
en contraposición a la tradición de la historia patria (historia nacional,
política) en América Latina; o historia yin, en referencia al termino taoísta
(opuesto al yang) que evoca al
feminismo, terrestre, conservador, dulce, oscuro y doloroso.
Al referirse al
pueblito que toma como objeto de su estudio, González esclarece que San José de
Gracia ‘’no aparece citada en ningún otro libro de historia de México, ni se
menciona siquiera en alguna historia de Michoacán (provincia donde se localiza
el municipio)’’ (GONZALEZ, 1995, p.15). Pero todavía:
‘’No se ha dado allí
ninguna batalla de nota, ningún tratado entre beligerantes, ningún ‘plan
revolucionario’. La comunidad Josefina no ha producido personalidad de estatura
nacional o estatal; nada de figuras sobresalientes en las armas, la política o
las letras. No ha dado ningún fruto llamativo ni ha sido sede de ningún hecho
importante. Parece ser la insignificancia histórica en toda su pureza, lo
absolutamente indigno de atención, la nulidad inmaculada: tierras flacas, vida
lenta y población sin brillo. La pequeñez, pero la pequeñez típica’’ (GONZALEZ,
1995, p. 16).
A los ojos de lo que
normalmente ocuparía los historiadores, la comunidad de San José de Gracia no
ofrecería nada de llamativo: no fue palco de batallas, tratados, hechos
considerados ‘’históricos’’; no es tierra natal de cualquier figura de relevo
en la historia política o cultural mexicana. Sin embargo, la historiografía, en
el momento en que escribe Luis González, ya se apartaba hace algunas décadas de
esa concepción de lo que era ´´histórico’’, restringido a los eventos
políticos, militares y diplomáticos, a los grandes nombres y obras. Bajo la
afluencia de los Annales, se
preocupaba mas con regularidades, con tipicidades, repeticiones. En eso estaba
la fuerza de San José de Gracia como objeto histórico. De hecho el pueblito
representaba la ‘’pequeñez’’, pero la ‘’pequeñez típica’’; es, como añadía
González,
‘’En su tipicidad
esta su fuerza. . El área histórica
seleccionada no es influyente ni transcendente, pero sí representativa. Vale
como botón de muestra de lo que son y han sido muchas comunidades minúsculas,
mestizas y huérfanas de las regiones montañosas del México central” (GONZÁLEZ,
1995, p. 16).
La micro historia de Luis González es una
inmersión en lo cotidiano, en lo típico, en la vida del pueblo común de un
pueblito común a lo largo de un largo periodo de tiempo. Su excepcionalidad es
su tipicidad. El uso de micro historia en ese sentido de historia local,
comunitaria, se mantuvo en México. Un ejemplo es el trabajo de Jorge F.
Hernández, La soledad del silencio.
Microhistoria del santuario de Atotonilco, acerca de un santuario ubicado
en la pequeña Atotonilco, provincia de Guanajuato, México. En la localidad ‘’no
se realizaron batallas determinantes ni se firmaron decretos presidenciales’’
(HERNANDEZ, 1991, p. 15), aunque haya oído los gritos de Hidalgo y de los
insurgentes de Dolores en 1810, como esclarece el autor en la Introducción.
Recibe, pues, una ‘’microhistoria’’, una historia de la tierra madre, local, y de su santuario. El libro es
dedicado a Luis González y González, que firma el prologo.
Al pensar en micro historia, ciertamente continuaremos recordándonos del
molinero Mennocchio y del campesino Martin Guerre, retratados en las obras ya
clásicas mencionadas arriba; pero podemos reservar un espacio para esa otra
micro historia, mexicana, latino-americana, un camino para pensar la historia
local y popular.
Capa de la segunda edición de Pueblo en Vilo
(1972). Imagen extraída de https://introduccionalahistoriajvg.wordpress.com/2012/07/15/%E2%9C%8D-pueblo-en-vilo-microhistoria-de-san-jose-de-gracia-1968/,accesado el 19 de setiembre de 2016.
Referencias bibliográficas e indicaciones de
lectura:
DAVIS, Natalie Zemon. O retorno de Martin Guerre. Rio de
Janeiro: Paz e Terra, 1987.
GINZBURG, Carlo. O queijo e os vermes: o cotidiano e as
idéias de um moleiro perseguido pela inquisição. São Paulo: Companhia das
Letras, 1987.
__________. Micro-história: duas
ou três coisas que sei a respeito. O fio
e os rastros. Verdadeiro, falso, fictício. Tradução de Rosa Freire d’Aguiar
e Eduardo Brandão. São Paulo: Companhia das Letras, 2007, p. 249-279.
GONZÁLEZ Y GONZÁLEZ, Luis. Pueblo en vilo: microhistoria de San José
de Gracia. Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán, 1995 (Primeira
edição: 1968).
HERNANDEZ, Jorge F. La soledad del silencio. Microhistoria del
santuário de Atotonilco. México, D. F. Fondo de Cultura Económica, 1991.
Prof. Pedro Afonso Cristovão dos
Santos
Traducido por Mariela Raquel
Melgarejo López