A partir del final del siglo XX, una parte de
los historiadores, de diferentes orígenes, pasó a cuestionar la predominancia
de una perspectiva nacionalista de la historia. La comprensión de los Estados
nacionales como unidades casi naturales (o, al menos, esenciales) de los
procesos históricos, percepción que remonta a la transformación de la Historia en disciplina en el
siglo XIX, pasó a ser contestada, teniendo en cuenta los eventos históricos que
marcaron el cambio para nuestro siglo. La mundialización, o globalización, la
formación de bloques trasnacionales como la Unión Europea y el Mercosur están
entre los eventos que formaron ese contexto de cuestionamiento al paradigma
nacionalista. En un movimiento muy articulado a los estudios latino-americanistas,
como apunta Barbara Weinstein (2013), los historiadores del otrora llamado
‘’Tercer Mundo’’, en especial a partir de las décadas de 1980 y 1990, pusieron
en duda sobre todo la ausencia del protagonismo de sus regiones en las
narrativas históricas. América Latina, África, Asia, aparecía comúnmente en
papeles de reacción a fenómenos y procesos históricos dictados por el Norte
(Europa y Estados Unidos). Reviendo esa condición y atribuyendo mayor agencia a
sus países y regiones, historiadores y científicos sociales comenzaron a
identificar y a estudiar fenómenos que deberían ser clasificados, con mayor
propiedad, de trasnacionales, por superar fronteras, y por no permitir una
clara designación de dinámicas de centro y periferia. Esto es, fenómenos que
transitan entre diferentes partes del planeta, por oposición aquellos
considerados producidos en el Norte, a lo cual el Sur apenas reaccionaria.
La asimetría entre las relaciones de
conocimiento Norte-Sur fue claramente apuntada por Dipesh Chakrabarty en su
obra Provincializando a Europa: ‘’Historiadores
del Tercer Mundo sienten la necesidad de referirse a las obras de historia
europea; historiadores de Europa no se sienten ni un poco obligados a ser recíprocos’’ (apud WEINSTEIN, 2013, P. 15). Con ese cambio
de perspectiva, fenómenos históricos cuya comprensión demanda una revisión de
centralidad de las fronteras políticas nacionales como definidoras de las
unidades históricas pudieron ser apreciados sobre nueva óptica. Es el caso de
las migraciones, de los intercambios culturales, del estudio del activismo
internacional. Por otro lado, el abordaje trasnacional se tiene aprobado
productiva también para objetos como la historia de la música o del trabajo.
En la misma línea, otros abordajes han buscado
repensar la tradicional óptica nacionalista de la historiografía, como por
ejemplo las historias conectadas y nuevas tentativas de historia global, o
historia-mundo. En la tendencia de las historias conectadas, vale mencionar el
historiador francés Serge Gruzinzki, historiador de la colonización de las
Américas. Recientemente, Gruzinski ha explorado la perspectiva mundialista conectada en libros como Que
horas são...Lá, no outro lado?: América e Islã no limiar da Época Moderna e
A Águia e o Dragão: Ambições europeias e
mundialização no século XVI. Que
horas são examina una visión islámica sobre El Nuevo
Mundo, en comparación con una visión sobre el Imperio otomano producida en
México, en crónicas escritas entre el fin del siglo XVI, inicio del siglo XVII.
El Águila y el Dragón piensan la llegada de los portugueses a China y la de
Hernán Cortes a México-Tenochtitlan; dos Imperios occidentales en contacto con
dos Imperios orientales. Gruzinski
es también autor de As quatro partes do
mundo: história de uma mundialização.
Tentativas de
escrita (o de pensar) una historia global, o mundial, caminan en el mismo curso de
buscar una historiografía menos euro-céntrica y nacionalista. Pensar los cambios y la circulación, no
solo en el ámbito económico, pero también (y principalmente) cultural, está en
el núcleo de las preocupaciones de esa tendencia. Uno de sus practicantes, en
las últimas décadas, es el historiador indiano Sanjay Subrahmanyam, que estudia
las conexiones entre Europa y Asia en la
Europa Moderna, y expone su entendimiento del abordaje global y
conectada en entrevista contenida en el libro Por una Historia-mundo (BOUCHERON, DELALANDE, 2015). Subrahmanyam
afirma que, al pensar en idea de historia conectada, buscaba en primer lugar
contraponerse a la historia nacional, definida por el como ‘’la idea de un
comparatismo en que los objetos comparados serian los Estado-nacion’’
(BOUCHERON, DELALANDE, 2015, p. 50). Al respecto de su investigación, en particular,
Subrahmanyam se mostró interesado en lo que llama de ‘’idea del mundo
eurasiático, de modo que me he inclinado sobre la conexión entre el mundo del
Mediterráneo, los otomanos, Irak, la India y mismo Asia de Sudeste’’
(BOUCHERON, DELALANDE, 2015, p. 52).
Tales perspectivas
ofrecen a los historiadores la posibilidad de desechar la geografía de sus
problemas históricos, incluyendo macro regiones cuya conexión permite recuperar
realidades históricas de interacción cultural ocultadas por la perspectiva
nacionalista, que a veces restringe nuestras unidades de estudio a los límites
de las fronteras de los Estados nacionales. En el caso de la historia de
Brasil, pensar en las conexiones dentro del Imperio portugués como un todo hizo
emerger una mayor atención al Atlántico Sur como unidad histórica, percibiendo
mayores conexiones entre Brasil y África en el periodo colonial (como en la
obra de Luis Felipe de Alencastro [2000]).
Sea sobre la forma
de tema trasnacionales, o por la descubierta de conexiones mundiales que
enriquecen nuestra comprensión de temas antes visto apenas sobre la óptica
nacional, abordajes trasnacionales, historias conectadas, globales y mundiales
han abierto nuevas perspectivas a los historiadores en las últimas décadas.
Entre esas, tal vez la más interesante e importante para nuestra formación
actualmente sea el contacto con las visiones que culturas particulares
producían históricamente (y producen hoy en día) sobre las demás. Ejercicios de
pensar y ver el ‘’otro’’ que amplían nuestra capacidad de empatía y contribuyen
para la crítica de estereotipos presentes en nuestra cultura.
Referencias bibliográfica e indicaciones de lectura:
ALENCASTRO, Luiz Felipe de. O
Trato dos Viventes – Formação do Brasil no Atlântico Sul – Séculos XVI e XVII.
São Paulo: Companhia das Letras, 2000.
BOUCHERON, Patrick; DELALANDE, Nicolas. Por uma história-mundo. Belo Horizonte: Autêntica Editora, 2015.
CHAKRABARTY, Dipesh. Provincializing Europe: Postcolonial
Thought and Historical Difference. Princeton: Princeton University Press, 2000.
GRUZINSKI, Serge. Que horas
são... Lá, no outro lado? América e Islã no limiar da época moderna. Belo Horizonte: Autêntica Editora, 2012.
_______________.As quatro partes
do mundo: história de uma mundialização.
São Paulo, Belo Horizonte: Edusp, EDUFMG, 2014.
_______________. A águia e o
dragão – Ambições europeias e mundialização no século XVI. São Paulo:
Companhia das Letras, 2015.
WEINSTEIN, Barbara. Pensando a história fora da nação: a historiografia
da América Latina e o viés transnacional. Revista
Eletrônica da ANPHLAC, n. 14, p. 9-36, jan./jun. 2013.
Prof. Pedro Afonso Cristovão dos Santos
Traducido
por: Mariela Raquel Melgarejo