¿Que nos puede
decir el lenguaje que utilizamos sobre las trasformaciones políticas, sociales y
culturales que vivimos?¿Históricamente, cómo los términos y expresiones que
encontramos en una época pueden ayudarnos, en cuanto a historiadores, a
entender los cambios y conflictos vividos por la sociedad que estudiamos?
Preocupaciones
semejantes estimularon el estudio de la Historia de los Conceptos en Alemania
en las décadas de 1970 y 1980, que fue muy utilizada por los historiadores de
las ideas en América Latina en las últimas décadas. Ese abordaje procura pensar los conceptos
como indicadores y factores de trasformaciones sociales y políticas. Indicadores,
pues nos indican, por medio del lenguaje, cambios vividos en la experiencia
histórica de determinada sociedad. Y factores porque el surgimiento de un nuevo
concepto, o de un nuevo significado para conceptos ya existentes, abre un nuevo
horizonte de expectativas en una sociedad.
Los conceptos no sólo describen una situación existente, sino también
sirven para expresar proyectos, deseos, abrir caminos para nuevas
trasformaciones (como ocurrió con el concepto de comunismo en el siglo XIX por
ejemplo que sirvió para describir un proyecto de futuro que pasó a orientar la
acción política de individuos y grupos a lo largo de aquel siglo y de los
siguientes).
Tenemos el
ejemplo de un concepto clásico: ‘’revolución’’. La Historia de los Conceptos
observó que, hasta el final de los siglos XVIII, en Europa Occidental, al
menos, ‘’revolución’’ remitía a retornos a un estado de cosas ya experimentado.
El concepto venia de la astronomía, de los estudios del movimiento de los
astros. A partir del siglo XVIII, en particular de las experiencias resultantes
de la Revolución Francesa, ‘’revolución’’ pasó a tener el significado que
consideramos hoy: ruptura, transformación radical, quiebra en relación al
existente, rumbo de un estado de cosas nuevas. Para los autores de ese
abordaje, ese tipo de transformación semántica indica el inicio de las
modernidades en el occidente. Estudiando en América Latina, autores como
Guillermo Zermeño Padilla (México) y Valdei Lopes de Araujo (Brasil) observan
que el contexto de crisis de los Imperios coloniales y las convulsiones del
periodo de las Independencias (grueso modo, de los años 1750 y 1850) generó, en
el continente latino-americano, trasformaciones semejantes en el lenguaje,
indicadores y factores, por tanto de una nueva experiencia del tiempo: la
experiencia de la modernidad. De ese modo, esos autores podrán realizar la crítica
de las visiones que tomaban la modernidad latino-americana sobre el signo de
atraso en relación a la modernidad europea, observando que ambos procesos
fueron contemporáneos.
Un libro
fundamental en Historia de los Conceptos es KOSELLECK, Reinhart. Futuro Passado. Contribuição
à semântica dos temposhistóricos. Rio de Janeiro: Contraponto, Editora
Puc-RJ, 2006, también traducido para el español: Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos.
Barcelona, Paidós, 1993. Sobre la modernidad en Latinoamérica, cf. ZERMEÑO
PADILLA, Guillermo. "História, experiência e modernidade na América
ibérica, 1750-1850". Almanack Braziliense, n. 7, 2008, p. 5-46 e ARAUJO,
Valdei Lopes. “História dos Conceitos: problemas e desafios para uma releitura
da modernidade Ibérica”. Almanack Braziliense, v. 7, p. 47-55, 2008.
Prof. Pedro
Afonso Cristovão dos Santos
Traducido por:
Mariela Raquel Melgarejo López