La olla comunitaria es mucho más que un simple recurso para mitigar el hambre; es un símbolo potente de unidad, resistencia y cuidado colectivo en América Latina. En su esencia, esta práctica ancestral se enraíza en la solidaridad y la reciprocidad, proporcionando no sólo sustento físico, sino también un espacio para la articulación y la movilización social frente a diversas formas de opresión. La olla comunitaria es un espacio de encuentro, de diálogo y de acción, donde las dinámicas sociales, políticas y económicas de un territorio se ponen sobre la mesa junto a los alimentos. En contextos de huelgas obreras, movilizaciones campesinas, o en tiempos de crisis como la pandemia, la olla comunitaria se levanta como una herramienta esencial de resistencia socioterritorial. Más allá de la provisión de alimentos, representa un acto de autonomía y rebeldía contra el individualismo y el capitalismo deshumanizante. Como afirma la plataforma El Come...