Para o post de hoje, apresentamos texto de Adriana Carrión Jiménez, estudante do curso de História - Licenciatura da UNILA. Mantemos em nosso blog abertura à publicação de contribuições dos estudantes da UNILA, e esperamos que os leitores tenham uma boa leitura com a postagem de hoje.
Oswaldo
Guayasamín (1919-1999) pintor ecuatoriano, su pasión por la pintura comienza
desde temprana edad, buscando su propia forma de expresarse, en la que asume
una posición frente a las barbaries e injusticias de una sociedad que
discrimina a los pobres, indios, negros. En esta oportunidad me permito hacer
el análisis de una de sus obras llamada “Potosí en busca de la luz y la
libertad”, la cual hace referencia a la historia por la crítica y demanda que
dicho pintor muestra en gran cantidad de su obra.
En su obra se
ve reflejada una denuncia contra la opresión, la injusticia social y los
regímenes dictatoriales. Su ascendencia indígena, la pobreza de su infancia, el
recorrido de sus viajes por América Latina y todo lo que sucede en el mundo le
hacen ver y conocer una realidad, frente a la cual muestra una solidaridad con
los pueblos oprimidos que se refleja en su obra pictórica y su actitud
política.
En 1996
inicia en Quito su obra más importante, "La Capilla del Hombre", que
rinde homenaje al ser humano y sobretodo todo al pueblo latinoamericano, en la
cúpula de ésta se encuentra el mural “Potosí en busca de la luz y la libertad”
que simboliza a los hombres y mujeres atrapados en el oscuro interior del Cerro
Rico.
Inspirado en
parte del libro “Las Venas Abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano, que
cuenta la historia de las minas de Potosí en Bolivia, que cobraron la vida de
millones de indígenas trabajadores, Guayasamín representa en su obra: “Potosí
en busca de la luz y la libertad” ese proceso de explotación colonial realizado
en las minas de plata, representada por los cuerpos esqueléticos de los hombres
y mujeres estirándose desde el fondo de la montaña e intentando salir de esa
realidad de miseria y opresión.
Esto nos
lleva a la posibilidad de hacer un análisis por medio de ésta obra, a la
moderna dominación capitalista, de la cual el sujeto víctima de la humillación
y el abuso, intenta salir dirigiéndose hacia la luz representada por el sol
entrante en el centro de la cúpula, en rechazo a contribuir con el control de
un sistema que impone su poder sobre los cuerpos.
“La
Capilla del Hombre se aleja de lo religioso. Será un centro de recogimiento, un
sitio donde se pueda meditar sobre la trayectoria de la humanidad en este
continente, desde hace milenios, hasta nuestros días.” Guayasamín.
(Foto del autor)
La muestra
del sufrimiento y dominación que se logra percibir es innegable de la época, ya
que es posible sentir la nostalgia de una ciudad explotada que conserva una
triste memoria de sus riquezas, las ruinas de sus iglesias y palacios que
permanecen como una herida abierta hasta hoy y se ven reflejadas en gran parte
de la obra de Guayasamín.
La denuncia
que se hace a la colonización de América Latina se ve reflejada claramente en
la obra de Guayasamín, la cual trae a la memoria aquellas escenas de opresión,
sufrida por los indígenas en la época, y nos lleva a la reflexión de que aún en
la actualidad se ve y se siente la lucha por preservar esa identidad que por
mucho tiempo ha sido ocultada y desvalorizada. Resaltando la importancia de
conocer y conservar nuestra historia.
Referencias Bibliográficas
Fundación
Guyasamin. Disponible en: <www.guayasim.org>. Accesado en: 04 de mayo 2016.
Adriana
Carrión Jiménez – estudiante de Historia – Licenciatura de UNILA.